Lucia Selser
Una mujer que elige expresarse a travès del arte
Nací en Morón. Tengo 17 hermanos. Me crié al abrigo de la tradición de mis padres y de las tortas de mi abuela. Era todo risa y travesuras.
Crecí y me hice mamá de mis hijas que son mi motor y mi gasolina.
Y nació mi nieta y entonces entendí la maravilla y el encanto.
El vitró me atravesó por primera vez en una sinagoga.
Pero tuvieron que pasar muchos años para que pudiera acceder a sus secretos.
Me formé con Lilian Otero y con Sofía Villamarín aunque nada de lo que hago sería posible sin mi maestro Claudio Oliva.
Mi técnica va de la mano de la intuición y la tenacidad…. (Mi rabino diría: La Tozudez Hebrea.
Y de las historias que me atraviesan…
Primero nace entre el corazón y la pituitaria y luego el nervio vagus se ocupa de hacerle saber a la yema de los dedos, como pulsar ese misterioso material que es vidrio. Algo entre D’s y la propia alma crean la pieza que luego es arte del vidrio.
Los aliados maestros y las mujeres que miran a través, son parte de mi trayectoria, a veces, simplemente, esperando el milagro de dar vida a esta criatura transparente, que como el agua, susurra al artista que quiere.
Una mujer que elige expresarse a través del arte comparte la maternidad de todas las mujeres de la tierra, lo único que he hecho a diferencia de mis amigas técnicas, profesionales, intelectuales, escritoras y poetas, es engalanar las formas y los espacios, siempre uno es gracias a los que los otros que lo rodean, una clave que los artistas respiramos desde el primer golpe del martillo y la lija.
Frente a la obra de arte, las personas sienten una emociòn originaria, algo de la gelatina de las Eras, antes de los glaciares, o las montañas, un conocimiento misterioso que impulsa al humano a ser algo más que un montón de carne que terminará en polvo, y es el soplo , justo una condición imprescindible para los que estamos en este universo del vitraux.